La terapia asistida con animales es un enfoque de intervención que incorpora a los animales como un miembro más del equipo de intervención durante las sesiones. Esta modalidad terapéutica, llevada a cabo con perros y caballos, se fundamenta en el vínculo natural entre humanos y animales favoreciendo la motivación y la implicación de los más pequeños durante las sesiones.
Su presencia y compañía durante el juego tiene un efecto motivador, ayudando a lograr los objetivos establecidos junto a la familia. En casos de niños que presenten dificultades para interactuar con el entorno o relacionarse con iguales, este tipo de terapia tiene como aliciente el vínculo emocional y la respuesta inmediata del animal.
Cruzar un puente colgante para esconder un premio debajo de pesados cojines, ver la reacción que provoca probar esa comida que para nosotros es un desafío o simplemente disfrutar de un abrazo mientras nos columpiamos son momentos que podemos compartir con un animal durante las sesiones de terapia. Además, los animales no juzgan y nos demuestran un cariño incondicional, lo que es muy reconfortante cuando existe una baja autopercepción.
Otro aspecto importante de este tipo de terapia es que se puede adaptar a las necesidades específicas de cada niño y se puede realizar en distintos de entornos, lo que permite una mayor eficacia de la intervención.
En resumen, la terapia asistida con animales es una forma de intervención valiosa y multifacética que ofrece beneficios significativos en términos de salud física, mental y emocional. Acompañar el proceso terapéutico con animales ofrece nuevas formas de aprendizaje, diversión y creación de vínculos de manera respetuosa con las necesidades y tiempos de los más pequeños.