La escritura manual es un proceso gradual y complejo que implica el desarrollo de habilidades motoras finas, la coordinación ojo-mano, un adecuado control postural y un correcto ajuste de la presión del lápiz para la formación del trazo. Está destreza, que a menudo damos por sentada, puede convertirse en un camino lleno de desafíos para aquellos que enfrentan dificultades específicas.
Desde las dificultades en procesamiento sensorial hasta el espacio donde nos encontramos pueden suponer retos en el desarrollo de habilidades de escritura afectando al rendimiento académico y emocional de quienes las experimentan.
Es importante que padres y maestros fomenten un ambiente que apoye el correcto desarrollo. Proporcionar actividades que promuevan aspectos como la coordinación óculo manual, así como el uso de juguetes y herramientas de escritura adaptadas a la edad del niño, puede ser beneficioso. Si hay preocupaciones sobre el desarrollo motor fino de un niño, se puede buscar la orientación de un terapeuta ocupacional.
El avance en la escritura pasa por varias fases que coinciden con el desarrollo del agarre del bolígrafo o lápiz a medida que los niños crecen y refinan sus habilidades motoras finas. Es importante recordar que los niños pueden variar la velocidad a la que desarrollan estas habilidades sin ser esto motivo de preocupación:
1. Etapa Previa a la Escritura (12-18 meses):
En esta etapa, los niños comienzan a desarrollar los prerrequisitos esenciales para la escritura. Esto incluye actividades como el garabateo y la imitación de movimientos básicos de escritura. Los niños también comienzan a experimentar con herramientas de escritura, como pinturas y lápices gruesos que sostienen mediante un agarre palmar. El niño sostiene el bolígrafo con la mano entera, moviendo el hombro y el brazo para mover la mano.
2. Garabateo Controlado (2-3 años):
Durante esta fase, el garabateo se vuelve más controlado y los niños comienzan a realizar trazos más deliberados. Pueden empezar a imitar líneas y formas básicas y mostrar interés en intentar dibujar letras. La coordinación mano-ojo se está desarrollando. La herramienta de escritura se sujeta con una pinza y los movimientos proceden de una parte más distal, codo y antebrazo.
3. Escritura Imitativa (4-5 años):
En esta etapa, los niños comienzan a imitar letras y números. Pueden empezar a mostrar preferencias por una mano dominante y mejorar la precisión en la coordinación motora fina. La comprensión de que las letras representan sonidos también se está desarrollando. La pinza es cuadrípode y el movimiento procede de la muñeca y la mano, habiendo mayor estabilidad en el hombro y codo.
4. Escritura Alfabética (5-7 años):
En esta fase, los niños comienzan a reconocer letras y a asociarlas con sonidos específicos. Comienzan a formar palabras simples y a escribir oraciones básicas. La coordinación entre la mano y el ojo sigue mejorando, y se desarrolla una comprensión más profunda de la estructura del lenguaje escrito. Se acaba de perfeccionar la pinza , con los dedos pulgar, índice y corazón.
5. Desarrollo de la Escritura (7-9 años):
Los niños perfeccionan sus habilidades de escritura al aumentar la velocidad y la fluidez. Comienzan a utilizar la puntuación y la gramática de manera más consistente. Se produce una transición de la escritura mecánica a una escritura más expresiva y creativa.
6. Refinamiento Continuo (9 años en adelante):
A medida que los niños avanzan en la escolaridad, continúan refinando sus habilidades de escritura. Aprenden a estructurar y organizar textos de manera más compleja. La ortografía, la gramática y la expresión escrita se vuelven áreas de enfoque, y los niños desarrollan un estilo propio de escritura.
Durante todo este proceso, es importante proporcionar oportunidades para practicar la escritura de manera creativa y divertida. La intervención temprana para abordar problemas de coordinación motora o dificultades en la percepción táctil o visual puede ser beneficiosa para garantizar un desarrollo de la escritura sólido y efectivo. Además, fomentar un entorno positivo y alentar el interés de los niños en la escritura contribuye a un desarrollo saludable de esta habilidad fundamental.
La integración sensorial (IS) influye en la habilidad de escritura, ya que implica la capacidad del sistema nervioso para procesar y organizar la información sensorial proveniente del entorno y del propio cuerpo. Las dificultades en IS pueden manifestarse en diversos aspectos, afectando la pinza, la postura, la dirección del trazo o el uso del espacio. A continuación, se exploran algunas conexiones:
- Coordinación motora: La IS desempeña un papel crucial en el desarrollo de la coordinación motora y la integración bilateral, que es esencial para la escritura. Niños con dificultades en este aspecto pueden tener problemas para sostener un lápiz de manera adecuada, trazar líneas precisas o realizar movimientos finos necesarios para formar letras y palabras.
- Percepción táctil: La percepción táctil influye en la sensación y el manejo del lápiz sobre el papel. Algunos niños con dificultades en el sistema táctil pueden mostrar incomodidad al sostener un instrumento de escritura y realizar movimientos coordinados.
- Postura y equilibrio: Una buena postura y equilibrio son fundamentales para la escritura eficiente. Niños con dificultades en control postural ven afectado la alineación y estabilidad necesarias para escribir de manera cómoda y legible.
- Organización espacial: La organización espacial es crucial en la escritura, ya que implica la disposición adecuada de letras y palabras en una página. Niños con dificultades en lS pueden tener problemas para organizar visualmente su trabajo en el papel. También pueden mostrar dificultad para seguir líneas, copiar de la pizarra o discriminar entre formas y tamaños, afectando directamente la escritura.
Para abordar las dificultades de IS relacionadas con la escritura, se pueden implementar estrategias y actividades específicas, como ejercicios para mejorar la coordinación motora fina, promover una postura adecuada y desarrollar la percepción visual. La intervención temprana y personalizada, a cargo de terapeutas ocupacionales especializados, puede ser beneficiosa para ayudar a los niños a superar estos desafíos y desarrollar habilidades de escritura más efectivas.