La alimentación en niños es un aspecto fundamental para su crecimiento, desarrollo y bienestar general. Durante la infancia, la nutrición juega un papel decisivo en el desarrollo físico, cognitivo y emocional. Es esencial proporcionar una dieta equilibrada que incluya una variedad de alimentos de todos los grupos alimenticios para asegurar un aporte adecuado de nutrientes. Introducir hábitos alimenticios saludables desde temprana edad es crucial para establecer patrones positivos a lo largo de la vida.
¿Qué hacemos los terapeutas ocupacionales?
La terapia ocupacional desempeña un papel fundamental en el ámbito de la alimentación infantil, abordando desafíos sensoriales, motores y conductuales que pueden afectar la alimentación de los niños. Los terapeutas ocupacionales trabajamos con niños que presentan rigidez en la presentación de los alimentos, dificultades en la coordinación oromotora o en la tolerancia a texturas, sabores y olores, que afectan su disposición a probar nuevos alimentos y restringe su dieta.
A través de intervenciones específicas, los terapeutas ocupacionales ayudamos a los niños a desarrollar habilidades motoras orales, mejorar el procesamiento sensorial y promover la independencia en la alimentación. Además, la terapia ocupacional puede ser crucial para abordar problemas de control postural y coordinación relacionados con la alimentación. Al trabajar en colaboración con otros profesionales de la salud, como nutricionistas y pediatras, los terapeutas ocupacionales contribuímos a un enfoque integral que apoya el desarrollo saludable y la mejora de la experiencia alimentaria en la infancia.
La alimentación en el hogar
Los padres y cuidadores desempeñan un papel crucial al ofrecer un sinfín de exposiciones a numerosos alimentos y crear un entorno positivo durante la participación en las horas de comidas. Es importante tener en cuenta las preferencias del niño y no forzarlos a comer, respetando las señales de hambre y saciedad y sus preferencias sensoriales. La comida es sensorial, existen diferentes texturas, olores, sonidos, sabores y aspectos visuales, que pueden interferir en la aceptación de cada alimento.
Además, la educación sobre la importancia de una dieta equilibrada y la participación activa de los niños en la preparación de alimentos pueden promover una relación positiva con la comida y fomentar elecciones alimenticias saludables a lo largo de sus vidas.